Kenia López Rabadán, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, encendió las alertas —en buen sentido— sobre lo que viene para México en 2026: la renegociación del T-MEC, un proceso que tocará directamente la economía de ambos lados de la frontera y que, según dijo, exige colaboración seria entre gobierno, empresas y legisladores. El mensaje lo lanzó frente a integrantes de la American Society of Mexico, encabezados por Larry Rubin, un espacio donde suele circular la información más fina sobre inversiones y clima de negocios.
Para entender la dimensión, López Rabadán explicó que revisar el T-MEC no es cosa menor. Este acuerdo es la columna vertebral del comercio de América del Norte: define cómo se mueven los productos, qué reglas deben seguir las empresas y qué condiciones necesitan para mantener empleos e inversiones. Si algo cambia ahí, cambia en la cadena productiva, en los costos y, al final, en lo que pagan las familias. Por eso, insistió, es un proceso donde se necesita estrategia, claridad y evitar improvisaciones.
Recordó también que la AmSoc ha sido un puente fundamental entre el sector privado, la diplomacia y el Congreso. Señaló que, en tiempos donde el mundo está lleno de incertidumbres, la cooperación entre México y Estados Unidos se vuelve clave para dar estabilidad. Cuando ambos países trabajan alineados, hay innovación, empleos y cadenas de suministro más fuertes; cuando no, cualquier reforma o arancel termina reflejándose en los precios y oportunidades para la gente.
La legisladora aprovechó para reconocer el trabajo de Larry Rubin y de toda la comunidad empresarial estadounidense instalada en México. Dijo que su apuesta por el país ha sido un motor para el desarrollo regional, la atracción de inversiones y la consolidación de sectores estratégicos que sostienen miles de empleos.
Para cerrar, reiteró su compromiso de mantener un diálogo franco, incluyente y continuo con esta comunidad empresarial desde su posición en la Cámara de Diputados. Aseguró que, si México quiere llegar fortalecido al proceso de revisión del T-MEC en 2026, este tipo de comunicación será clave para que América del Norte siga siendo una región competitiva, estable y con oportunidades compartidas.
